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mario cuenca sandoval

Pnin, de Vladimir Nabokov

Pnin, de Vladimir Nabokov

Llegaron al arroyo burbujeante y luminoso. Una plataforma cóncava, entre cascadas diminutas, formaba una piscina natural bajo los alisos y los pinos. Chateau, que no solía bañarse, se acomodó sobre un peñasco. Durante el año académico, Pnin había expuesto regularmente su cuerpo a la radiación de una lámpara de luz ultravioleta; por eso cuando se desvistió hasta quedar en traje de baño, brilló bajo la luz abigarrada del sol que se filtraba por la espesura ribereña, con un profundo matiz caoba. Se despojó de la cruz y las galochas.

—¡Mire qué hermoso! —dijo el observador Chateau. Una veintena de maripositas, todas de la misma clase, se habían posado sobre un retazo de arena húmeda, con las alas erguidas y cerradas, mostrando los reversos pálidos llenos de puntos oscuros y diminutas manchas de azul pavo-real bordeadas de anaranjado; una de las zapatillas desechadas por Pnin las perturbó y, revelando el tinte celeste de su superficie superior, revolotearon como azules copos de nieve antes de volver a posarse.

—Lástima que Vladimir Vladimirovich no esté aquí —observó Chateau—. Nos habría hablado de esos insectos encantadores. —Siempre tuve la impresión de que su entomología era una mera pose.

—No —dijo Chateau—. Acabará por perderla — agregó, señalando la cruz católica griega colgada de una cadenita de oro que Pnin había retirado de su cuello y suspendido en una varilla. Su brillo intrigó a una libélula que pasaba.

—Quizás no lamentaría perderla —dijo Pnin—. Usted bien sabe que la llevo por razones sentimentales. Y el sentimiento se me está haciendo pesado. Después de todo, no es muy romántico este empeño de conservar una partícula de la propia infancia en contacto con el esternón.

—Usted no es el primero en reducir la fe a una sensación táctil — repuso Chateau, que era católico griego practicante y deploraba la actitud escéptica de su amigo.

Un tábano se adhirió con loca ceguera a la calva de Pnin y fue aturdido por un golpe de su gruesa palma.

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