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mario cuenca sandoval

Poe + Radiohead

Poe + Radiohead

Cuando la editorial 451 y, en su nombre, Fernando Marías me propuso reescribir El corazón delator, de Edgar Allan Poe, para el volumen colectivo que se acaba de publicar (cuentos de Pablo de Santis, Espido Freire, Montero Glez, etc.), inmediatamente recordé otro ojo que siempre me ha resultado enigmático y, en parte, aterrador: el ojo izquierdo de Thom Yorke, líder de la banda británica Radiohead. Yorke sufre una parálisis de nacimiento. Mi versión de El corazón delator de Poe se titula El corazón de Thom Yorke. Y os transcribo unas líneas:

"Éramos almas gemelas. No existía, por tanto, ningún aspecto por el que pudiera odiarlo.

Salvo aquel ojo suyo, aquella retina suya arrasada por la visión del hielo. Un ojo azul pálido paralizado de nacimiento y arruinado por los genes y después por las drogas y después por el hielo polar. Un ojo vacío. Qué es un ojo vacío. Me asomaba a ese ojo sin pupila y allí estaban los glaciares y sus cumbres luminosas y las capas de hielo de la superficie, y los vientos catabáticos del Polo Sur silbando y arrastrando lágrimas, y detrás estaba yo, o lo que algún día sería yo, vencido por la soledad de la expedición y del instrumental científico. Y detrás del fondo del ojo estaba otra vez Thom, y otra vez el Polo Sur, girando sobre su propio eje en la noche del universo, y otra vez yo mismo girando en la soledad de las estaciones. Tenía que librarme de aquel ojo-puerta, ojo-preludio de qué tiempo, ojo-adónde ha ido la luz, en qué desagüe se pierde para que la noche sea noche, ojo-conexión con qué."

2 comentarios

Andrés -

Picasiano el retrato de York.
Machadiano el ojo que tú ofreces. ¿Qué es el hielo para ti? Es el mismo 'gran blanco' por el que preguntas.
Yo, sólo tensión ocular alta,
incontrolada incontrolable,
algún tic nervioso pasajero de mis ojos con ganas de cerrarse, si no hay sorpresas. Asimetría. Volveremos a Poe, como decía Bolaño, siempre.

Mariano -

Amigo Mario,

Sonrío ante el ojo de Thom Yorke. Yo tuve un accidente hace varíos años con una caída que me provocó el síndrome de horner, un raro trastorno que afecta los nervios que van al ojo y a la cara.
Nada grave, pero cuando ando despierto, mi párpado derecho es la última parte de mi cuerpo que despierta; y cuando ando cansado, es la primera parte de mi cuerpo que se apaga.
Y quedo con una facha similar a la del amigo Yorke. Cosas de artistas, ya ves, jajajaj!
un fuerte abrazo