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mario cuenca sandoval

estoy leyendo...

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Acabo de hincarle el diente a lo último de Rüdiger Safranski: "Schiller o la invención del idealismo alemán". No me resisto a transcribir las primeras líneas de esta biografía, en la línea de otras con que nos deleitó Safranski anteriormente, como Nietzsche, biografía de su pensamiento o Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía entre otras obras:Schiller expiró el 9 de mayo de 1805; seguidamente a su cuerpo se le practicó la autopsia. El pulmón estaba "gangrenoso, pastoso y completamente deshecho"; el corazón "carecía de sustancia muscular" (...) El doctor Huschke, médico de cabecera del duque de Weimar, añadió al resultado de la autopsia la frase lapidaria: "En estas circunstancias es admirable que el pobre hombre pudiera seguir viviendo". ¿No afirmó Schiller que el espíritu construye el cuerpo? Sin duda él lo había logrado. Su entusiasmo creador lo mantuvo con vida más allá de la fecha de degeneración del cuerpo. (...) Con el resultado de la autopsia podemos formular una primera definición del idealismo de Schiller: el idealismo actúa cuando alguien, animado por la fuerza del entusiasmo, sigue viviendo a pesar del que el cuerpo ya no lo permite. El idealismo es el triunfo de una voluntad iluminada y clara.

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