extrañas invitaciones
Salvo que el tiempo me lo impida, no suelo negarme a las invitaciones que recibo para colaborar con esta o aquella publicación. Pero he de admitir que dos de las últimas resultan, cuanto menos, curiosas. La primera me llegó de mano de Manuel Gahete, quien publicó un espléndido reportaje sobre la última generación de escritores cordobeses en la revista Sierra Albarrana, editada por Enresa, es decir, la empresa que gestiona el cementerio nuclear de El Cabril. La otra me llega de mano de Javier Gil; uno de los poemas de Guerra del fin del sueño es recogido en la sección "Versos para la muerte" de la revista Adioses, editada por la Empresa Mixta de Funerarias Españolas. Extrañas aportaciones para mi currículum, que agradezco sinceramente.
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