mi paso por la Semana Negra de Gijón
Resumen, a cargo de Carmen Moreno, de la charla que tuve el gusto de mantener con Ricardo Menéndez Salmón en la Semana Negra 2010, presentando El ladrón de morfina (publicada en Revista de Letras):
La de Cuenca Sandoval, como afirma Ricardo Menéndez Salmón, presentador en esta ocasión, es la novela española que mejor crítica ha recibido este año. La presentación transcurrió en un ambiente de conversación entre ambos escritores.
Ricardo Menéndez: ¿Te esperabas el éxito que ha tenido tu novela?
Mario Cuenca Sandoval: Me ha pillado totalmente por sorpresa. Yo le decía a Chavi Azpeitia: “¿tú sabes lo que vamos a hacer, sabes lo que yo vendo?”. Era una apuesta arriesgada. Pero llegó la crítica y, sí, se ha portado muy bien, aunque debo decir que lo difícil es encajar todas esas buenas críticas porque hay que saber filtrarlas y quedarte con lo que hay de verdad.
R.M.: Hablas de cierta dificultad para encajar el tema del libro porque parece que los españoles debemos ocuparnos de asuntos de nuestro entorno. ¿Qué te llevó a enfocar la mirada en la guerra de Corea?
M.C.S.: Se podía haber desarrollado en cualquier otro conflicto bélico, pero me interesó que en esta guerra intervinieron países de Hispanoamérica, como Colombia. Yo siempre digo que la mía es una novela en la guerra, no de la guerra. Quería hacer que prevaleciera un discurso literario, no me interesaban los hechos históricos. Hay otro componente que me lleva a la guerra de Corea: la nieve. Mi paraíso es la nieve, el hielo.
R.M.: Uno de los elementos interesantes es cómo has combinado la tradición literaria (el tema del manuscrito encontrado, por ejemplo, que ya se usa en El Quijote) con parte de la tópica posmoderna.
M.C.S.: La poética de mi novela es la relación que hay entre las cosas, la relación simbólica que hay entre los elementos que proviene de la poesía. Si el lector intenta desmenuzar los porqués del comportamiento de los personajes se encontrara con un fracaso en su tarea, porque es una novela que se construye sobre la sucesión de imágenes, no hay un porqué. Este es un componente de la narrativa posmoderna.
R.M.: En la novela hay dos ideas fuertes, una de ellas me atrapa especialmente. Creo que existe una reflexión sobre la belleza del horror, o la estética de lo feo. La novela arranca con una imagen inolvidable: un paracaidista que cae, llevando en su bolsillo un libro de Poe.
M.C.S.: La novela sitúa en un plano amoral, un plano estético. Hay un pasaje que es Copo de Nieve Betley que fue la primera persona que fotografió un copo de nieve a través de un microscopio. Hizo fotos a miles de copos. Ese no es un comportamiento científico, sino poético.
R.M.: Otro asunto capital es el lenguaje.
M.C.S.: Creo que es una importanción del mundo de la poesía, lo que resulta peligroso porque puede hacer que pierdas el pulso narrativo.
R.M.: Parece que en la narrativa española actual está habiendo un cambio de paradigma: está soltando el realismo más inmediato. ¿Cómo te sientes tú?
M.C.S.: Se ha hablado mucho de la Generación Nocilla y cuando se habla de una generación nueva, los autores que ya están ahí, se echan a temblar con razón. Pero esa era una visión muy simplista de lo que estaba pasando. En el sustrato lo que había era un grupo de escritores nacidos en los años 70. El fenómeno era el de una transición, pero la clave del cambio se está produciendo en la crítica.
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