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mario cuenca sandoval

Literatura comparada

Literatura comparada

 

“—A lo largo de la vida hay que estar alerta a las señales. 

—¿Qué señales? —Las que nos rodean. No podemos vivir creyendo que todo es azar. Tenemos que encontrar la idea de un orden, de un destino; si no, estamos perdidos. Las novelas policiales nos ponen alerta sobre esas señales, nos dicen que abramos los ojos.

—Las novelas policiales no tienen nada que ver con lo que usted está diciendo. Sólo hay crímenes y detectives y mansiones y mayordomos, o crímenes y detectives y callejones y mujeres bellas y terribles.

—Hay más. En las novelas policiales todo es conspiración, conjura, secreto. Todas las cosas terminan por encajar, por tener un sentido. ¿No ha visto cómo, dispersos por ahí, hay objetos perdidos, un paraguas roto, un zapato sin cordones, la carta de una mujer, una cajita de fósforos? Pero al final esos objetos que parecían ser parte del azar se convierten en señales del destino. Así, siempre que leemos, vemos cómo todo se completa, nos permitimos soñar con la unidad perdida y reencontrada. Las novelas policiales simulan ser racionalistas, pero son lo único que nos queda de la mística.”

(Pablo de Santis, Los anticuarios, Destino, 2011)

 

 

“Toda investigación es una forma de delirio. Todas las novelas negras son un delirio. Todas las novelas sobre conspiraciones son un delirio. Todo ejercicio de atar cabos es un delirio, una prueba de la naturaleza delirante de la especie humana, de su necesidad de tejer explicaciones complejas a partir de una colección incompleta de informaciones. Pues, aunque lograra casar todos los indicios, todas las pistas, todas las señales lingüísticas y corporales de tal modo que conformaran un relato coherente, eso no garantizaría que su percepción de las cosas fuera fidedigna. Se repite a sí mismo que debería rehuir esa tentación, dejar de explorar el sentido oculto de todo, sortear la impresión permanente de que hay algo detrás de las cosas, mirándonos. Las cosas son el único sentido oculto de las cosas, leyó hace tiempo en Pessoa, y la cita acude en su auxilio justo ahora. Qué sería de él sin el auxilio de tales máximas, memorizadas desde la época de estudiante. Con qué apuntalaría los pensamientos con los que trata de apaciguarse cuando su inteligencia se dispara en todas direcciones.”

(Mario Cuenca Sandoval, Los hemisferios, Seix Barral, en prensa) 

4 comentarios

Mario -

Gracias, Jean Sol. Muy interesante su blog, sobre todo para los que nos formamos en humanidades (nos viene bien una manita de ciencia).
Solo una pregunta: ¿por qué rechazó usted el Premio Nobel, hombre de Dios?

Jean Sol Partre -

Oiga, no sabía que tenía usted un blog. Le sigo. Me ha gustado el texto del proyecto escritorio
http://literaturaconciencia.blogspot.com.es/2011/03/el-ladron-de-morfina-mario-cuenca.html
Saludos

Mario -

Antitéticos.

Gonzalo -

Curiosos textos.